Los platos y sabores del mejor restaurante del mundo a través de Instagram
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El Celler de Can Roca es una casa elegante con un pequeño jardín en las afueras de Girona.
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Lo primero que se ve es una antigua masía. Al lado, una nave de arquitectura moderna, acristalada con toques de blanco puro, cristales y madera exótica. En el acogedor jardín, te reciben unas mesas con unos banquitos, un jardín de césped bien cuidado y unos árboles de sombras livianas. Son las primeras emociones que recordarán para siempre los agraciados visitantes del Celler de Can Roca. .Digo “Agraciados” porque diariamente son solamente 50 mesas (y sus comensales) los que puedan disfrutar de su arte y de su creatividad.
Desde que El Celler Can Roca fue recientemente nombrado como El mejor restaurante del mundo, el teléfono de recepción no ha parado de sonar. Con amabilidad, el recepcionista comunica que la espera es de un año. Sin embargo, ni los precios ni la filosofía del establecimiento han cambiado. Disfrutar de la mejor gastronomía como si estuvieras en familia, con tu familia… Con la familia Roca. .
Antes de entrar en la vorágine del servicio, alguno de los hermanos Roca sale a saludar a los comensales. Esperan tranquilamente tomando un aperitivo en el jardín. Los que lo deseen, pueden pasar a visitar la cocina y “ver lo que se cuece” antes de pasar al amplio comedor.
Estar en El Celler de Can Roca es en sí, un día especial. Los grupos de 3 o 4 personas hablan idiomas lejanos, se sacan fotos de recuerdo. Probablemente compartirán con amigos que nunca podrán disfrutar este momento tan único…
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El establecimiento respira a Humanidad, a Humildad y a Buen Humor. Lo que llamo las HU del éxito. Respira a “Saber Hacer familiar” retransmitido por unos padres a sus tres hijos. Unos padres que siguen, como si nada hubiera ocurrido, dando comidas en su negocio de restauración familiar “unos metros más allá”.
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Joan Roca responde a algunas de mis preguntas al acabar el servicio y me cuenta.
“Aquí son como Marines. Lo mejor de los marines. Algunos son enviados por escuelas de cocina, otros recomendados por un amigo. Los que salen de aquí son de lo mejorcito”.
Difícil destacar a algunos de mis ex “alumnos” que haya sobresalido más que otros. Los quiero a todos. Sería para un padre como elegir entre dos hijos suyos. Sin embargo me viene a la mente un chico de nuestro barrio, Daniel Redondo. Daniel fue jefe de cocina durante 12 años hasta que conoció a Elena, una “stagiaire” de Sao Paulo. Se enamoraron y hoy llevan un establecimiento allí, en Brasil llamado “Mani”.
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Joan Roca “El Celler de Can Roca… Es una forma de vivir.. Que nos permite vivir con intensidad la experiencia de la gastronomía”.
Ese día es un día muy especial también para tres de nosotros. Gracias al patronato de turismo de Costa Brava Girona, Laia @Mylay , Pilar Junyent @iPhilar y yo mismo @philgonzalez de @canalcocina pudimos compartir a través de Instagram y redes sociales, una experiencia única.
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Saborear, retratar y compartir lo que no se ve. La vida interior de la cocina de El Celler de Can Roca. Sus protagonistas, su experiencia, sus ilusiones y sus emociones. Un plato que quisimos compartir con todos vosotros a través del tag #undiaalceller .
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Algunas no se subieron a Instagram, las guardé para disfrutarlas tranquilamente en casa y compartirlas aquí abajo con todos vosotros.
¡Puedes pinchar la primera foto y verlo en formato “slideshow” y descubrir los comentarios de cada persona!
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¡Espero que os gusten!
Añadido el 26/08/2013: Cocineros tuiteros en el Viajero El País.
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El Celler de Can Roca, Girona, Costa Brava
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Nos recibe Eric Oliu. Éric Oliu 14 años de jefe de sala en el Celler de Can Roca Para mi el Celler de Can Roca en una frase es “Locura y muy buena comida y por supuesto… Un gran servicio!”
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El Celler Can Roca nos recibe con un aperitivo
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Jordi Roca “Para mi Can Roca es Rock and Roll” y añada tras un corto pero profundo momento de concentración “Es una revolución emocional…”
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Jordi Roca, sumelier de El Celler de Can Roca nos recibe en el jardin del restaurante. “Para mi El Celler de Can Roca, es el lugar donde conviven innovación, creatividad, generosidad, hospitalidad y todo en familia… “En una cocina hay muchas cosas calladas porque no se puede contar a los comensales todo lo que significa un plato, de donde viene, cómo se preparó… Sencillamente para no abrumarles y dejarles un sitio para la tranquilidad , la placidez, la relajación y que puedan disfrutar de estos instantes aquí”.
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Trio de Ases en el vestíbulo de El Celler de Can Roca
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Joan da instrucciones al iniciar el servicio
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Joan Roca ejerce de jefe de orquesta de esta sinfonía diaria
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Jordi comparte ideas con Valeria. Valeria es argentina y lleva un mes en El Celler.
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Lo que comeremos hoy…
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Joan dando un último retoque a uno de sus platos
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Carles, lleva 5 años trabajando en El Celler. es el otro sumelier junto con “Pitu” Roca. “Visitar a el Celler de Can Roca crea mucha expectativa. Viene mucha gente del extranjero, en el día, solamente para disfrutar de nuestro establecimiento”.
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Joan Roca “El Celler de Can Roca… Es una forma de vivir.. Que nos permite vivir con intensidad la experiencia de la gastronomía”.
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Los platos van saliendo de forma armoniosa de la mejor cocina del mundo
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Los cocineros en los fogones de El Celler
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Y en color!
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Mientras Joan destapa el primer plato (llamado COMERSE EL MUNDO) Jordi, su hermano saca una foto para compartirla en su Instagram. Su cuenta es @jordi_roca5 en Instagram si queréis seguirle. El plato “Comerse al mundo” viene cubierto de una tapadera de papel, que nos recuerda la forma de un globo que recorrería el mundo.
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Esa mano nos recuerda el gesto habitual de un gran emperador pero Joan no tiene nada de jefecillo, ni guerrero. La tranquilidad y las pausas marcan el servicio a pesar del trasiego en la cocina.
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El equipo de Cocina recibe cada año cocineros venidos del mundo entero para “aprender” a ser un chef de cocina.
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Anna Payet, mujer de Joan, también participa a la vida diaria del establecimiento. “El Celler de Can Roca, es un estilo de vida , empiezas poco a poco y te embulle.”.
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Desde la “oficina” de Joan se puede contemplar todo el trasiego y el trabajo en las cocinas de Can Roca. Pudimos disfrutar de los platos en plena “fábrica”
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Gianpiero lleva unos meses en El Celler de Can Roca. Está en prácticas y nos dice “trabajar aquí es como un sueño”. Espero volver a Cerdeña y poder abrir su propio restaurante.
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Infusión de sauco con cerezas al amaretto, cerezas al jengibre y anguila ahumada.
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Pasteleros en la zona Dulce de El Celler de Can Roca
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Jordi Roca delante de la pizarra que está presente en la zona de los dulces. En esa pared escribe las ideas que le vienen a la cabeza. Pueden ser conceptos.. Pueden ser colores, sabores, ingredientes que luego intenta relacionar. “La investigación y nuevos desarrollos nacen en esta pizarra. La idea inicial la puede tener cualquier persona del equipo y puede quedar ahí, meses hasta que nos metamos con ella. Lo trabajamos cuando tenemos un momento. No hay ni una hora ni un día definido a la semana. A veces trabajamos un plato, y no sabemos si formará parte de lo salado o lo dulce en la próxima carta”.
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Kim 16 años en El Celler de Can Roca Jefe de sala con Eric “Trabajar en Can Roca es apasionante”
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Nacho lleva dos años y es Jefe de Cocina desde hace 7 meses. Para el, “El Cellar es antes de todo mucha Humildad” Nos presenta aquí un plato exquisito llamado “Ensalada de ortiguillas, navajas, espardeñas y algas escabechadas”
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Cocinero en plena labor.
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Valeria es argentina y viene de un pueblecito del centro del país. Es entusiasta y comenta con sus compañeros los detalles de cada plato. “Trabajar en El Celler de Can Roca era un sueño para mi”. Su sueño se realizó como el de otra quincena de “stagiaires” que pueden acudir de media cada trimestre (personas en prácticas) Aquí en primera plano el plato “Helado de Masa Madre con pulpa de cacao, lichis salteados y macarrones de vinagre balsámico”
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Joan Roca mantiene una gran concentración durante todo el servicio. Con un aire serio pero humano, interviene en las tareas de preparación de todos los platos.
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Preparando el postre estrella.
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Todo transcurre con mucha rapidez pero una gran tranquilidad.
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Último retoque antes de llevar esta impresionante “mini barbacoa” que se compone de una roca sobre la cual reposan los ingredientes de un gran plato.
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Detalle de la preparación del plato conocido como “Ventresca de cordero a la brasa con berenjenas, café y regaliz”
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Aquí todo el mundo participa. Entre dos servicios se limpia cuidadosamente toda la cubertería.
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Detalle curioso cuando ya todos los cocineros se han ido… Aparece en “trompe l´oeil” un cocinero que sale corriendo en un mural. Probablemente, otro guiño o anécdota de la vida del restaurante.
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En estos cazos y cazuelas se preparan los platos del mejor restaurante del mundo. Al final del servicio se limpian y recogen meticulosamente hasta el siguiente servicio.
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Fotos: @philgonzalez
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