Instagramers: un movimiento tan extraordinario como irrepetible

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En octubre del 2010, Instagram irrumpió en el mundo de las redes sociales como una innovadora aplicación para compartir fotografías cuadradas, tras editarlas con una docena de filtros “vintage” y algo de maña. Ese mismo año, me enamoré de esa app y de todo lo que supondría, uno de las épocas más increíbles de mi vida.

Poco después, en enero del 2011, decidí dar un paso que marcaría un antes y un después en la forma de interactuar en Instagram: creé este blog y di, sin querer, nacimiento a un movimiento internacional, una comunidad de Instagramers por todo el planeta. Para evitar conflictos con la marca registrada de Instagram (y tras haber sufrido un primer borrado de cuenta), decidí denominarnos bajo el seudónimo de IGers, un diminutivo de IG+ers = Instagramers. Lo que comenzó como un espacio para reunir localmente a entusiastas de la fotografía móvil, pronto se convirtió en una red global que conectó a millones de personas, casó a gente, dio luz a cientos de proyectos, a “instababies” y generó una comunidad sin precedentes en la historia de las redes sociales.

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El nacimiento del movimiento Instagramers

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El germen de este movimiento se dio en España, cuando observé el potencial de Instagram como una herramienta no solo para compartir imágenes, sino para crear conexiones reales entre personas con intereses similares. También intuía que Instagram iba a cambiar la forma de comunicar, conocer a nuevas personas, generar negocio y promocionar marcas. En enero del 2011, creé la primera cuenta de Instagramers (@igers) con el objetivo de crear un espacio de interacción, aprendizaje y motivación para los usuarios de la plataforma. Gracias a la inestimable ayuda de Antonio Báez y Juan De La Cruz, mis fieles compañeros de trabajo (respectivamente mi webmaster y diseñador), pude dar luz a esta primera web que ofrecería consejos prácticos sobre el uso correcto de la aplicación.

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Lo que distinguió luego a Instagramers desde sus inicios fue su carácter inclusivo y orgánico. Procuré luego fomentar encuentros presenciales, el primero en Barcelona con Marta Alonso y en Madrid con Luison y Pilar de Leaniz. Fueron conocidos como “instameets”, “photowalks” o quedadas fotográficas y la mayoría de las veces, Instagram era una sencilla excusa, para ayudar a los usuarios a desvirtualizarse y conocerse. A esa época no había apenas “selfies” y la gente no se retrataba, encontrarse era una mezcla de entusiasmo y sorpresa. Estas reuniones crearon un sentido de pertenencia a una comunidad única que impulsó el crecimiento exponencial del movimiento por todo el mundo hasta realizar multitudinarias quedadas.

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La expansión global

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Lo que comenzó como una iniciativa local en España, pronto trascendió fronteras. A medida que la popularidad de Instagram aumentaba, también lo hacía el número de comunidades locales de Instagramers. Le dediqué todas mis noches, durante años, fui ayudando a los usuarios que se postulaban a crear sus propias cuentas regionales y nacionales con el prefijo “@igers”. Nacieron como @igersbcn, @igersmadrid, @igersalicante, @igersvalencia, @igersmodena, @igersitalia, @igersfrancia o @igerslondon,  @igersmanila, etc, cada una gestionada por voluntarios apasionados que compartían la misma pasión por una incipiente Instagram y una misma visión comunitaria del movimiento.

Esta expansión fue de desarrollo totalmente orgánico. Cierto es que, como director de marketing digital, contaba con apoyos y ánimos por parte de la industria, pero realmente las comunidades surgieron de manera espontánea, impulsadas por usuarios que deseaban replicar el modelo de interacción y conexión en sus propias localidades o países. En pocos años, Instagramers se convirtió en un fenómeno global, con presencia en más de 80 países y millones de seguidores en todo el mundo.

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Miles de eventos y proyectos icónicos sin precedentes

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Uno de los elementos clave del éxito de Instagramers fue su capacidad para organizar eventos que iban más allá de lo virtual. Las quedadas fotográficas se convirtieron en una tradición, reuniendo a miles de usuarios en lugares emblemáticos para capturar la belleza del mundo desde diferentes perspectivas. Estas actividades no solo promovían la creatividad, sino también la amistad y el intercambio cultural.

Además, la comunidad de Instagramers fue pionera en colaborar con instituciones y marcas para crear proyectos innovadores alrededor de Instagram y otras redes sociales. Uno de los más destacados fue la Instagramers Gallery, inaugurada en 2014 en colaboración con la Fundación Telefónica en Madrid. Este espacio físico, dedicado a la fotografía móvil, se convirtió en un punto de referencia para exposiciones, talleres y encuentros relacionados con el arte digital. También tuvimos un Instagramers Corner en Barcelona y un Instagramers Pop up Store en Miami, durante un tiempo, y realizamos la mayor exposición de fotografías de la historia con Instagramers Castilla La Mancha.

En paralelo, el movimiento desarrolló proyectos locales y temáticos bajo las cuentas de IGERS, que promovieron causas sociales, culturales y medioambientales. Desde exposiciones que destacaban la diversidad cultural hasta iniciativas para proteger el medio ambiente, Instagramers demostró que una red social podía ser mucho más que un espacio de entretenimiento: podía ser una herramienta para afrontar un cambio cultural, emocional y global. Organizamos también los primeros viajes de promoción del turismo con Instagramers, mucho antes de llamarse Influencers, y debemos darle las gracias a la Agencia Catalana de Turismo y a todas las instituciones que luego confiaron en nuestras ideas, por todo el mundo. No podría citar a todas las marcas que nos ayudaron pero si recalcar a las que nos acompañaron durante muchos años en el camino, tales como Ferrovial, Iberdrola o la Fundación Telefónica en España. Por todo el mundo, fueron muchas las empresas e instituciones que nos ayudaron a vivir nuestro sueño y desarrollar miles de proyectos locales. Gracias a todas ellas.

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El impacto en la comunidad global

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A lo largo de los años, Instagramers logró algo que pocos movimientos digitales han conseguido hasta la fecha: transformar una plataforma virtual en una comunidad real. Para millones de personas, formar parte de Instagramers significó encontrar un lugar donde expresar su creatividad, aprender de otros, encontrar pareja o hacer amistades duraderas.

El movimiento también jugó un papel crucial en la evolución de Instagram como plataforma. Muchas de las prácticas que hoy se consideran comunes en la red social, como los retos fotográficos y las etiquetas temáticas, fueron promovidas por los grupos de Instagramers desde sus inicios. En cierto modo, el movimiento contribuyó a moldear la cultura de Instagram y a definir su identidad, aunque muy pocas veces le fue reconocida por la propia empresa. Eso sí, salimos destacados en medios de todo el planeta.

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Un Adiós ¿o un Hasta Mañana?

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Hoy el 20 de enero del 2025, cuando se cumplen justo 14 años desde el lanzamiento de esta web y del movimiento de Instagramers. Es imposible para mí, no reflexionar sobre su legado y aprendizaje. Instagramers no solo conectó a miles de personas en todo el mundo, sino que también dejó una huella imborrable en mi vida, en la de miles, quizás millones de personas y un granito de arena en la historia de las redes sociales. Fue uno de los raros testimonios del poder de la pasión y la colaboración para transformar lo digital en humano.

Es también el un momento para reconsiderar su futuro. Con los constantes cambios en la aplicación, nuevos perfiles y hábitos de consumo digital, así como la aparición de nuevas plataformas, el papel de Instagramers queda relegado. Aunque el movimiento cierra aquí su último capítulo, su impacto perdurará en mi corazón, y en el de miles de personas, a través las anécdotas, de cientos de lindos momentos, de amistades y los recuerdos de quienes formaron parte de aquel invento.

Un día dije: “Instagramers nació para unir, inspirar y celebrar la vida y la creatividad. Si su despedida llega, lo hará como un ejemplo de lo que se puede lograr cuando millones de personas, aparentemente desconectadas, se unen por todo el mundo, alrededor de una misma pasión, bajo una misma bandera”.

La historia de Instagramers es una historia de amor, conexión, creatividad, dedicación, pasión y comunidad. Y aunque los tiempos cambien, su esencia seguirá viva en cada imagen, cada recuerdo y cada lazo que fue creado y perdura, a través de este movimiento tan irrepetible como extraordinario.

Quiero agradecer a tod@s los que lo hicieron posible, tod@s fueron tan necesarios como importantes en este loco proyecto, lo sabéis porque lo vivisteis conmigo. Seguirán grupos aún activos por todo el mundo, probablemente durante mucho tiempo. La pasión no tiene límites, pero por mi parte, este blog hoy necesita ser despedido, con honores y recibir todo mi agradecimiento.

Quiero agradecer particularmente a Marta Monedero y Luis Da Silva de Instagramers Spain, por ayudarme a llevar el barco hasta este último puerto, hasta esta última escala, hasta que nos den las fuerzas. A Alberto, Lolo, Marilu, Rosa de Instagramers Madrid por seguir respondiendo a cualquier llamada, y años después animarse a reunirnos “los ancianos” y nostálgicos de esa gran época.

Gracias de todo corazón, y ¡hasta pronto!

Phil González